Desde un punto de vista jurídico, una marca es un signo que sirve para distinguir productos o servicios de una empresa de los de otra. En otras palabras, las marcas son derechos exclusivos usados para indicar el origen de los productos y servicios, su calidad y reputación en el mercado.
En estos términos queda claro que las marcas desempeñan un papel crucial en el funcionamiento diario de cualquier empresa. Son de suma importancia desde el punto de vista estratégico y del marketing, ofreciendo un producto o servicio con un valor añadido adicional que podría, en una situación determinada, influir en la decisión de compra en un sentido o en otro.
Por lo tanto, las marcas constituyen un verdadero activo de cualquier empresa y por ello, deben cuidarse en su uso diario y en su defensa.